UN MANJAR CHINO QUE HORRIPILA EN OCCIDENTE
¿Serías capaz de comer un huevo de pato después de un año
de su puesta? En China lo hacen desde hace 600 años y es una verdadera delicatesen en buena parte del
continente asiático, son los llamados huevos milenaros o "pidan"
(huevos de cuero).
Muchos inexpertos en materia, al acercarse a cualquier mercado de Hong Kong o Pequín, pueden pensar que estos curiosos huevos de pato han finalizado un claro proceso de putrefacción, pero la elaboración de este alimento es mucho más compleja.
El huevo, recién puesto, se lava y se
recubre de una pasta compuesta de una especie de barro para rebozarlo
posteriormente en una mezcla de cenizas, cáscaras de grano de arroz y, de vez
en cuando, cal. Una vez recubiertos se dejan reposar un mínimo de cuatro
semanas.
Cuando el huevo llega al consumidor está
listo para su consumo directo, sin tener que cocinarse. Una vez abierto, lo más
llamativo de este huevo es su aspecto, tanto por su clara gelatinosa y marrón
oscuro como por su yema verdosa. En cuanto al sabor, se podría describir como
algo parecido al queso azul con un toque a amoniaco.
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